Revolución de la fotografía

El modelo de negocio de la fotografía cambió. El revelado pasó a la historia, la tecnología revolucionó la industria y la tendencia por imprimir imágenes tiende a desaparecer. Flash de un mercado “revelado”.
La industria de la fotografía ya no se revela como antes. Las salas de fotocurado, ampliadoras y cubetas para los químicos, se quedaron bajo llave en el cuarto oscuro y ahora las imágenes del recuerdo viajan de cuando en cuando por comunidades virtuales y uno que otro espacio digital portátil. Y se comparten así,   porque las que escasamente se plasman sobre el papel, provienen de un efímero proceso de  retoque digital y el servicio de una rápida impresora de última tecnología.
Es el reflejo del cambio en la línea de un negocio que mueve más de 1.000 millones de euros en el mundo  y que en Colombia,  de acuerdo con estadísticas de Nielsen a junio 30 de este año, ha crecido en la categoría de fotografía digital un 73%, superando de lejos a segmentos de audio y televisión, que antes eran los más tradicionales en Colombia.
Una renovación que fue entendida  por los protagonistas de este segmento tecnológico y que ha hecho que tanto fabricantes como distribuidores, cambien de lente y se enfoquen en la diversificación del mercado y la industria en sí.
Eduardo Echavarría, gerente general de Foto Japón es uno de esos testigos y por eso tiene claro que  “varias empresas de papel y película,  han cerrado sus puertas. Las cámaras análogas  ya no se producen y el rollo en un par de años tiende a desaparecer. En Foto Japón  en el año 2000 vimos para dónde iba la industria y teníamos dos caminos: esperar a que la empresa se apagara o crear un negocio nuevo dentro de una compañía reconocida a nivel nacional”.
Estrategia que sirvió para que además de revelar o imprimir imágenes, los más de 180 almacenes de este grupo se concentraran en ofrecer un portafolio de productos que de acuerdo con Echavarría, solucionaban las necesidades en el hogar.  Y lo están logrando, pues de cada 10 clientes que entran a imprimir una  fotografía, siete u ocho resultan comprando uno de sus “otros” productos, entre ellos, computadores, reproductores mp3,  teléfonos, parlantes, cámaras digitales, impresoras, memorias y grabadoras.
Respuesta provocada por la caída de precios del dólar y la amplia oferta de productos fáciles de manejar, que están ofreciendo masivamente los fabricantes. “El disparo fue hace tres años, cuando  se dio la  masificación. Y los resultados se ven hoy cuando se observa que lo que antes costaba $1 millón, hoy está por debajo de $500.000”, explica Andrés García, gerente senior de la división audio y video de Samsung Colombia. Y agrega: “Antes la gente veía la fotografía como algo de profesionales, las fotos no salían bien y requería conocimientos, ahora las cámaras traen composición de luz y estabilizadores ópticos automáticos, que permiten sacar buenas fotos al inexperto”.
Por eso el tema de los rollos pasó a un segundo plano y ahora lo importante es tener tarjetas de memoria con amplia capacidad y sumado a ello, una buena impresora en casa u oficina.







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